viernes, 27 de febrero de 2009

Llueve en Tongling

Desde hace tres semanas. Sin parar. Todos los días. Por todos lados.
Y además hace frío. Y además en esta pequeña ciudad no hay mucho para hacer.
Tongling es aburrida y no tiene atracciones. No es una ciudad linda. Es gris.
Ahora, durante estas últimas semanas, bajo esta lluvia incesante, es aún más aburrida, más gris, más fea. Ahora además , me parece triste.
Pero no es la ciudad, yo lo sé, porque Tongling nunca antes me había parecido triste.
Es por la lluvia, lo sé. La lluvia que me robó las ganas de salir a caminar, de dar una vuelta por los mercados , de recorrer los cafés, de salir a tomar fotos.
La lluvia y el frío me recluyen en mi casa.
Desde mis ventanas solo veo los edificios del barrio. Edificios viejos, todos iguales. Esa repetición me parece ahora de lo más tenebrosa y no me gusta. No me gusta mirar por las ventanas de mi casa.
Pero es la lluvia. Yo sé que es la lluvia que me pone de este humor y me hace ver todo con una mirada oscura.
Quiero irme a otra ciudad para escaparme de este clima que me saca las ganas de moverme. Pero es inútil. Parece que toda la China está bajo esta lluvia, bajo esta nube que se estancó sobre el gigante . Y entonces pienso que quiero irme de China.
Pero es la lluvia. Yo sé que es la lluvia , que en realidad no quiero irme todavía.

Dicen que en diez días…
Vamos a ver.
Yo mientras tanto espero.

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