domingo, 28 de diciembre de 2008

OBSESIONES

Leí a Borges antes de dormir. “Siete Noches”, noche segunda, 'La pesadilla'. Al final de esta conferencia Borges relata la pesadilla que obsesionaba a Wordsworth. Y lo hace contando la vez que este escritor inglés soñó con el fin del mundo.
Su sueño fue así: estando en el desierto con un amigo percibió el advenimiento de una presencia tremenda, sin rostro, que acabaría con todas las artes y por consiguiente con toda la belleza expresada en ellas. Esto significaba, para Wordsworth, el fin del mundo. Porque según él, si no hay artes, no hay nada. Se despertó aterrorizado, con la convicción de que su sueño era un presagio, de que el próximo fin de siglo traería consigo el fin del mundo. Desde entonces, esa idea, esa convicción, fue para él, LA PESADILLA.

Esa noche me dormí pensando en Wordsworth. Y yo también soñé con el fin del mundo.
Mi sueño fue así: yo me despertaba en un lugar oscuro, que había sido arrasado por algo terrible, por algo desconocido que había dejado solo oscuridad y rastros de incendios. Y yo estaba sola . Recuerdo la oscuridad, la desolación, la incomprensión. Sin embargo no recuerdo haber sentido miedo. Y ahí estaba yo, en el medio de mis preguntas, cuando a lo lejos vi una hilera de gente acercándose. Eran varias personas, entre ellas, Ana y Miguel, mis hermanos. Venían caminando lentamente y Miguel llevaba el termo bajo el brazo. Cuando finalmente se acercaron, nos sentamos en círculo y empezamos la ronda de mate.
Estábamos solos en el medio de un mundo que había sido destruido, sin agua, sin verde, sin edificios, sin libros, sin música. Y a pesar de todo ese vacío exterior, nadie se preguntó por qué. Nadie quería saber las causas de la devastación. Nadie parecía preocuparse por el futuro.
Yo tenía solamente dos preocupaciones que quería compartir con ellos:
-¿Cómo están todos en casa? ¿Los viejos están bien?

Y la otra, mi nueva obsesión cotidiana:

- ¡No saben como me cuesta aprender chino, carajo!

No hay comentarios: