lunes, 24 de noviembre de 2008

Una de enseñanzas

Estábamos en un bar. Los europeos con los que compartía la mesa querían una copa de vino. El mozo les explicó que sólo servían en botella. Se indignaron. Empezaron a tratar (en inglés por supuesto, porque todos en China tienen el deber de saber inglés) de explicarle al chico que ellos sólo querían una copa. El mozo no entendía. La indignación empezó a ser enojo. EL mozo trajo la botella. No la quisieron. EL mozo hizo de todo por entender, pero como no pudo, estos comensales tuvieron una razón más para pensar que todos los chinos son entúpidos.
“No me gusta esta actitud”, le dije al que estaba más cerca mío, “Es muy injusto.”
“Sí, yo sé que así parece Stella, pero nosotros les podemos enseñar mucho”.

Y esa respuesta me hizo pensar que hace 500 años el grupo de gente que “descubrió” América fue a ese continente con la noble idea de enseñar la verdad de su religión y las ventajas del “progreso” .

Hace algunas semanas uno de los europeos que trabaja en una empresa china, me confesó finalmente toda su indignación y disgusto por el modo de trabajar que tienen los chinos.
“Yo no sé si es porque son tontos o cuál es el motivo. Pero creeme, no entienden nada.”
“Cómo que no entienden nada? Si son profesionales. Seguro que tiene que ver con algo cultural y con el idioma por supuesto.”
“No, no entienden cómo funcionan las máquinas, ni los aparatos.”
Ese día, además de confesarme su disgusto, me confesó también que “bueno, es cierto que mi empresa le vendió a China unas máquinas que están en mal estado y que no cumplen con las reglas y que están fuera de uso en mi país. Pero, bueno, ellos deberían haber hecho un buen control.”

“Ah, entiendo. La culpa no es de tu empresa por haberlos engañado, es de ellos por haber confiado en ustedes. Veo que tienen (tenemos) mucho que aprender de ustedes todavía”


Las bondades de la civilización, que le dicen.

1 comentario:

Nadia dijo...

Ay Stella, qué indignación!

Que la barrera cultural y de lenguaje existe, pero una vez pasada esa etapa me imagino cómo será meterte en esa cultura milenaria, sabia y tan trabajadora.
Además mi sangre china me llama, cuando vaya seguro no quiero volver a salir de ahí!

Creo que muchas personas tenemos en la cabeza esto de lo normal, o de una forma de cómo hacer las cosas, y nuestra intolerancia nos hace pensar en que los que no lo hacen de esa forma o son diferentes... son tontos!, la ignorancia es atrevida.