Laura me preguntó si podía ir a mi clase. Dudé. Pensé que si ella estaba ahí, mis estudiantes estarían muy distraídos.
Le dije que sí, después de pensarlo un poco.
“Vamos a decirles a los estudiantes que no sabés hablar ni inglés, ni chino y que si quieren comunicarse con vos tienen que hacerlo en español.”
Pobres mis estudiantes! Jugué con su curiosidad. Yo sé que una de las cosas que genera más excitación en mi querida Tongling, es la presencia de un extranjero.
Laura llegó y todos la miraban con visibles ganas hacerle muchas preguntas.
Al principio nadie se animó. “Ok, if you don’t have any question…bye bye Laura.” Y cuando Laura encaró hacia la puerta, todos gritaron: “No, no, don’t go!”
Entonces, la primera valiente se puso de pie. “Cómo te llamas?” Le preguntó en español. Y me miró para estar segura de que estaba pronunciando bien. Vino la respuesta.
Otro valiente: “De dónde sos?” “Alemania” Y nuestra primera dificultad. Alemania en chino se dice “Deguo”, y por eso no había posibilidades de que adivinaran. Pero Laura y yo empezamos: el mejor futbol de Europa, un país cerca de Francia, la capital es Berlín. Y Bingo! Uno de ellos dijo, “Ah, Germany!”. “Ok, se dice Alemania en español”, les expliqué.
Poco a poco fueron levantando las manos: “Cuántos años tenés? Qué hacés? Con quién vivís?”
Y yo me sentía como un padre que escucha hablar a su hijito por primera vez.
Después de 40 minutos de teatralización, le dije a Laura, “Te parece que ahora les podemos decir la verdad?” Y entonces ella empezó a hablar en inglés con ellos y después en chino. Los chicos no lo podían creer. Y al principio me miraron con una gran sonrisa, pero como diciéndome, : “Profe, no podemos creer que nos hayas hecho esto!”
Los dejé hablar durante 15 minutos. Hablaron en inglés y en chino. Después empezó la segunda hora. Laura me ayudó y ayudó a los chicos con sus ejercicios y con algunas dudas que tenían.
Y todos recibimos gratificaciones, regalos, sorpresas, ese día:
Mis estudiantes: la presencia de Laura por la motivación que les produjo conocer a una chica que con solo 17 años puede hablar 4 idiomas.
Laura: el contacto con todos estos chicos que la recibieron con tanta calidez y la posibilidad de hacer nuevos amigos
Yo: el placer de ver puesto en escena el trabajo que estuvimos ensayando después de más de un mes de clases.
Otra vez siento que fui la niña mimada, la que se llevó el mejor premio.
Y tal vez todos hayamos tenido ese sentimiento ese día.
Eso espero.
Le dije que sí, después de pensarlo un poco.
“Vamos a decirles a los estudiantes que no sabés hablar ni inglés, ni chino y que si quieren comunicarse con vos tienen que hacerlo en español.”
Pobres mis estudiantes! Jugué con su curiosidad. Yo sé que una de las cosas que genera más excitación en mi querida Tongling, es la presencia de un extranjero.
Laura llegó y todos la miraban con visibles ganas hacerle muchas preguntas.
Al principio nadie se animó. “Ok, if you don’t have any question…bye bye Laura.” Y cuando Laura encaró hacia la puerta, todos gritaron: “No, no, don’t go!”
Entonces, la primera valiente se puso de pie. “Cómo te llamas?” Le preguntó en español. Y me miró para estar segura de que estaba pronunciando bien. Vino la respuesta.
Otro valiente: “De dónde sos?” “Alemania” Y nuestra primera dificultad. Alemania en chino se dice “Deguo”, y por eso no había posibilidades de que adivinaran. Pero Laura y yo empezamos: el mejor futbol de Europa, un país cerca de Francia, la capital es Berlín. Y Bingo! Uno de ellos dijo, “Ah, Germany!”. “Ok, se dice Alemania en español”, les expliqué.
Poco a poco fueron levantando las manos: “Cuántos años tenés? Qué hacés? Con quién vivís?”
Y yo me sentía como un padre que escucha hablar a su hijito por primera vez.
Después de 40 minutos de teatralización, le dije a Laura, “Te parece que ahora les podemos decir la verdad?” Y entonces ella empezó a hablar en inglés con ellos y después en chino. Los chicos no lo podían creer. Y al principio me miraron con una gran sonrisa, pero como diciéndome, : “Profe, no podemos creer que nos hayas hecho esto!”
Los dejé hablar durante 15 minutos. Hablaron en inglés y en chino. Después empezó la segunda hora. Laura me ayudó y ayudó a los chicos con sus ejercicios y con algunas dudas que tenían.
Y todos recibimos gratificaciones, regalos, sorpresas, ese día:
Mis estudiantes: la presencia de Laura por la motivación que les produjo conocer a una chica que con solo 17 años puede hablar 4 idiomas.
Laura: el contacto con todos estos chicos que la recibieron con tanta calidez y la posibilidad de hacer nuevos amigos
Yo: el placer de ver puesto en escena el trabajo que estuvimos ensayando después de más de un mes de clases.
Otra vez siento que fui la niña mimada, la que se llevó el mejor premio.
Y tal vez todos hayamos tenido ese sentimiento ese día.
Eso espero.
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