miércoles, 4 de marzo de 2009

星Xing de los pañuelos censurados

Había una vez, en el lejano oriente, un país llamado Zhongguo, más conocido fuera de su territorio, como China.
Un día, llegó a este país una mujer de otro remoto, digamos país, no menos extraño, no menos complicado, tal vez igualmente incomprensible. Este otro país se llamaba Argentina, o Agentin , como se lo conoce dentro de los confines de Zhongguo.
Esta mujer, vamos a llamarla, 星Xing (que en el idioma local significa estrella) desde el principio estuvo dispuesta a adaptarse a las costumbres locales. Se dijo que la comida no sería un problema, se habituó a brindar con sus compañeros de mesa todas las veces que fuera necesario en el transcurso de una cena, la terminaron divirtiendo las luchas para pagar la comida, se obligó a no enojarse con cada llamada a las 7 de la mañana. Después de todo, trataba de repetirse convencida, "si no me llamaran a esta hora , me la pasaría durmiendo todo el día." Se enamoró de los infinitos gestos de amistad que se le presentaban en pequeños paquetitos de comida, muñequitos, en adornos para la casa. Gracias a ellos no pasó un solo día en su minúsculo pueblo, sin sonreír.
Incluso se acostumbró a escuchar ciertas cosas que siempre la habían irritado sobremanera. Durante sus primeros días solía pensar “ ¿Por qué Dios me castigó así? ¿Por qué a mi? ¿Por qué justo en este país todo el mundo tiene que hacer tanto ruido al comer?
Y al mismo tiempo reflexionaba: “Es una cuestión de diferentes modos de vivir, diferentes culturas, no se trata de mala educación, es otra educación.” Pero como en un contrapunto escuchaba los propios mandatos infantiles "No hagas ruido con la comida. No escupas en el piso. No te limpies la nariz con las manos. Es de mala educación eructar." Todos ellos se vieron amenazados desde que puso un pie en Zhongguo. Y además Xing, aunque no pertenecía a una familia adinerada, ni de renombre, había tomado, no se sabe de dónde, no se sabe cómo, ciertos aires de princesa que la hacían fruncir el ceño ante cualquier manifestación que ella calificaba irrevocablemente como “de mal gusto o de mala educación”.
Y pese a todo lo antes dicho, pese a todas las ideas de buena educación que traía desde pequeña de su país, un día, sin darse cuenta dejó de escuchar, dejó de ver. Dejó de escuchar los sorbidos al tomar la sopa, los ruidos producidos por las gargantas incómodas. Dejó de ver que la gente no usaba pañuelo para limpiarse la nariz y que lo hacía con sus propias manos, dejó de ver que todos los niños hacían sus necesidades en la calle, en la vereda o en donde sus pequeños cuerpecitos así se lo demandaran. Dejó de ver y de oír, todas las cosas que en un principio le producían tanta repulsión y molestia. Tanto se repitió que debía hacerlo, tanto se convenció de que ella era la extranjera y que aquí en Zhongguo las cosas eran diferentes. Todo esto pasó a ser, imposible especificar cuando, parte del ambiente que la rodeaba. Y así, habiendo dejado de escuchar y de ver, sin darse cuenta, comenzó a sentirse en armonía con el lugar.
Se dijo que ella podría vivir plácidamente en esa, su nueva casa.
Nunca, ni por un momento, se le ocurrió que algo de lo que ella hiciera podría significar una ofensa para los zhongguo ren (más conocidos fuera de su territorio como “chinos”) . Nunca soñó con que alguna de sus acciones podría ser para ellos, lo que para ella había sido en un principio que alguien le eructara en la cara y ni siquiera se disculpara. Nunca. Imposible. No. Nada de lo que ella estuviera haciendo podría ofenderlos.

Hasta que un día, al cabo de unos meses de plácida estadía, alguien le llevó tímidamente la noticia:
- Perdón, Xing, lamento molestarte con lo que te voy a decir, pero ¿te podrías ir a limpiar la nariz al baño?
- ¿Qué? ¿Por qué?
- Eh, es que bueno, en nuestro país es mala educación limpiarse la nariz, y hacer ese ruido, perdón por molestarte.
- P p p p p ero, ¿Cómo? Si estoy usando un pañuelo y no estoy ensuciando nada, ¿Cómo que es mala educación?
- Sí, por eso, porque estás usando el pañuelo. Molesta, ¿sabes? Y además el ruido….. Y otra cosa, ¿podrías tratar de no usar tanto perfume? El olor es un poco molesto.
- …………………el per fu me les molesta?........Bbbu ee no. Yo….nnno quise ofenderlos.


Queeeeeeeeeee? Una vez en el baño se quedó como golpeada por la sorpresa. No lo podía creer : LIMPIARSE LA NARIZ CON UN PAÑUELO ERA MALA ECUACIÓN! Y voy a tener que ir al baño o esconderme cada vez que me quiera limpiar? Y LES MOLESTA EL PERFUME? Pero qué les pasa? ¿Cómo que les molesta el perfume?
En un principio se sintió enojada. Muy enojada durante muchos días. Sus pensamientos iban en una sola dirección : ¡Están locos! ¿Cómo puede ser que esto sea mala educación y no todos esos ruidos para comer? Esto es completamente incomprensible, loco, un sin sentido absoluto! ¡¿Y el perfume?!
Pero después, con el pasar de los días se le presentó la pregunta “ ¿Cuántas veces ella los había ofendido? ¿Cuántas veces los zhongguo ren habrán pensado que ella tenía malos modales?Seguramente habrá habido miles de cosas más que ella hizo y por las que ellos pensaron “¡Qué extraña es esa mujer! No entiendo nada de lo que dice. ¿Por qué hace eso? Parece que en su país no saben lo que son las buenas costumbres.” Y tantas cosas más, tantas veces.
Desde entonces se esconde por los rincones sonándose la nariz, esconde todos los pañuelos y siente una especie de vergüenza cada vez que necesita usarlos. Alguna vez hasta sintió como se ruborizaba al pensar en sacar el pañuelo afrentoso.
¿Y el perfume? Finalmente se conformó con usarlo en la soledad de su casa, cuando está segura que ninguno de los zhongguo ren anda cerca.
Y así anda, la pobre y desconsolada Xing, perfumándose y sonándose los mocos en la soledad más absoluta.Por que no es su intención ofender a nadie. Y además nunca soportaría ser considerada una mujer de malos modales. Eso sí que no lo podría soportar.
Y colorín colorado, este post se ha terminado.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

'telita: una vez más gracias por compartirnos este viaje.
Resulta que me escapo de la oficina sin que nadie se de cuenta y me voy hasta la China; tu China.
Nunca me había resultado tan cerca y cotidiana la china, ni tan cercanos y cotidianos los chinos.

Sigo prendido en este viaje y realmente disfruto mucho cada post, anécdota, mirada y reflexión que hacés sobre la gente que tenemos del otro lado del ropero.
Beso grande como desde aquí hasta la china...
El flac0 que se suena sin pañuelos! =O

Genín dijo...

jajajaja Que delicia de post!
Gracias por tu visita, una gran suerte que la hicieras.
Mi hija tambien es profe como tu pero en Bombay.
Y tengo una amiga que lo es en Peking, venezolana.
Si te interesa me lo dices y te doy su blog.
Gracias por tu visita.
Besos y salud

Genín dijo...

La dirección de tu colega enChina:
http://fitzianita.blogspot.com/
Besitos y salud

Juan Rizomante dijo...

Viste loqui, al final la verdad ha sido descubierta, resulta que sos una maleducada y una inadaptada social... ¿a quién se le ocurre andar mojándose con concentrados de flores para tapar el natural aroma corporal? ¿a quién se le ocurre andar contribuyendo a la basura con papeles que esconden nuestras secreciones y encima andar anunciándolo con gran pompa? cómo si fuera la celebración de una "nariz-corneta". Eso NO puede ser... al final, solo bastaba cambiarte un poco de contexto para descubrir lo escandalosa que podías ser. ¡Qué barbaridad!